Aceptando las limitaciones del lenguaje
Ninguna otra persona puede conocer con exactitud absoluta a qué nos referimos cuando hablamos. El significado que atribuimos a las palabras depende de nuestras experiencias y saber, que será siempre diferente en alguna manera al de la otra persona debido a la individualidad de cada uno.
Así, cuando decimos: “Mi colegio tiene buenos profesores.” No todos entendemos lo mismo. Para mí un buen profesor puede ser alguien que conozca la materia que imparte en profundidad, pero otra persona puede identificar buen profesor con alguien que se preocupa por sus alumnos. Características que serán más o menos importantes para nosotros en función de lo que cada uno entienda por buen profesor. Sin embargo, por nuestra naturaleza siempre buscamos relaciones de ideas que nos permitan obtener un conocimiento más amplio. Nuestra mente anhela pasar de la idea abstracta a la idea concreta. En el ejemplo relacionamos nuestra idea de buen profesor con alguien que haya sido un gran maestro nuestro. Es en este momento en el que dejamos de pensar en lo mismo. Podemos estar de acuerdo en que mi colegio tiene buenos profesores pero ése que para ti es buen profesor no tiene por qué serlo para mí. Y aunque creamos que tenemos la misma idea acerca del enunciado inicial realmente no es así, lo que en última instancia dificultará la comunicación y el diálogo.
Es evidente que significante y significado únicamente se podrán identifican plenamente en nuestro propio diálogo interior. Por ello, hemos de aceptar las limitaciones del lenguaje y reconocer que la mejor forma de transmitir nuestras ideas es dejar de buscar un entendimiento absoluto basado en los abstracto y recurrir a las experiencias y elementos sensibles que cada uno percibe. En otras palabras, para mejorar la experiencia de la comunicación con otras personas una buena estrategia es eliminar capas de abstracción, resultando en un lenguaje “de bajo nivel (de abstracción)” con gran presencia de elementos que sirvan de ejemplificación. Así podremos salvar en alguna medida las diferencias entre nuestros procesos de abstracción y concreción.
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Soy un estudiante sevillano de 2º de Bachillerato. Tengo intereses muy diversos, entre los que se incluyen la programación, la música de todos los géneros y la filosofía. Sígueme en Twitter; si te gusta lo que escribo también disfrutarás leyendo mis tweets.
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